Diario del Sorpasso. 12 de junio.
El diario El País fue el medio de comunicación que simbolizó el cambio político en el estado español en la década de los 80. Aglutinó en torno a su línea editorial a buena parte de la mayoría social que aspiraba a romper definitivamente con el régimen franquista. En el sesgado relato de la transición, El Páis jugó el papel de visibilizar el rol del cambio.
35 años después, la evolución del panorama empresarial de los medios de comunicación es desolador. La concentración es tal que la pluralidad informativa queda por los suelos. ¿Es posible un cambio político destituyente sin un gran medio que lo visibilice? A tenor de las encuestas, parece que sí, a pesar de que el Grupo Prisa en este momento hace el papel de freno de mano. Del resto, incluida RTVE, mejor ni hablamos. Es cierto que existe un resquicio en La Sexta, donde Podemos ha logrado ser visible junto a representantes de otras fuerzas en tertulias e informativos. Y luego están las redes sociales, donde la realidad ya no es mediada.
En una campaña crucial por el alto número de indecisos y escasa en mítines multitudinarios, ayer Unidos Podemos logró reunir miles de personas en Barcelona. Todos los medios invisibilizaron la imagen, sacando del plano de sus cámaras a la gente. Unos medios de comunicación que sacan a la gente de sus informaciones, de las fotos y de los vídeos para lograr que la realidad se acerque a su línea editorial tienen un grave problema. No es económico ni tecnológico, sino que ataca a la propia naturaleza de lo que entendíamos por comunicación. La realidad va por un lado y sus informaciones por otro.
En esa misma línea, he hecho un pequeño repaso de los editoriales de El País en el último mes y este es el resultado.