La primera tarea de un líder político es averiguar quién le ha votado y por qué. Muchos políticos reducen la comunicación a una sola dirección: “vender” su gestión. Pero más importante que eso, es escuchar a la ciudadanía para elaborar propuestas adaptadas a la realidad más cercana. Luisa Fernanda Rudi expondrá mañana en las Cortes de Aragón las principales líneas de su gobierno en el debate de investidura, pero ¿cuáles son los motivos por los qué la han elegido los aragoneses? ¿somos más conservadores que hace 12 años? Las encuestas nos dicen que no.
El 22M supuso en Aragón, como en el resto del estado, un vuelco electoral hacia el centro-derecha. Sin embargo el voto se puede interpretar desde diferentes ópticas, y la ideológica es solo una de ellas. Analizando la serie del Barómetro de Opinión de Aragón entre los años 2007, previo a las penúltimas elecciones autonómicas, hasta el último en 2011, veremos que en la pregunta en la que los ciudadanos se autoubican ideológicamente en el espectro izquierda-derecha, son incluso menos los que se declaran de derechas con la victoria del PP que en las anteriores elecciones con mayoría del PSOE.
Es decir que el cambio electoral del 22M no se debe a un cambio estructural, sociológico, sino que más bien es un cambio coyuntural. Los aragoneses nos seguimos ubicando mayoritariamente en el centro-izquierda, pero el voto ha ido a parar mayoritariamente al Partido Popular. Este dato reforzaría la idea de que se ha tratado de un voto económico, o de castigo al gobierno.
Es un dato importante para Luisa Fernanda Rudi. Tendrá que amoldar su discurso y su estilo de gobierno a esta realidad social si no quiere estrellarse. Ya lo tuvo en cuenta en su campaña electoral, adoptando un perfil ideológico muy discreto y ganándose a ese porcentaje de votantes que ha pasado de ubicarse de la izquierda al centro. Mensajes como el rechazo al copago sanitario o la garantía se servicios públicos como la educación y la sanidad van en esa línea. Pero gobernar es decidir y ahí si que tendrá que retratarse en muchos otros asuntos polémicos.
